La sanidad animal e inocuidad de los alimentos continúan siendo las principales barreras al comercio internacional, sin embargo, las concepciones generales que rigen dicho comercio están cambiando. Existe un nuevo paradigma ambiental que, según cómo se analice y gestione, puede constituir una amenaza o una oportunidad para nuestros países.

 

Con un muy buen marco de público se llevó adelante el 16 y 17 de mayo de 2024 en Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina, el “Simposio Internacional de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur” que giró en torno a la producción de alimentos, bioenergías, cambio climático y los desafíos de sostenibilidad del agro en el Cono Sur de nuestro continente.

 

El evento estuvo organizado por la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM) junto a las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER) y a la Sociedad Rural de Gualeguaychú (SRG), con el apoyo del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

 

Participaron especialistas, dirigentes gremiales, productores y académicos de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay intercambiando conceptos y posiciones sobre los desafíos de producir de manera sostenible.

 

Lideraron el evento el secretario de Bioeconomía de la Argentina, Fernando Vilella, actual presidente pro tempore del Consejo Agropecuario del Sur (CAS); el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay, Fernando Mattos también integrante del CAS; el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, así como legisladores de Argentina y empresarios, entre otros.

 

Si bien el concepto de UNA SALUD no fue mencionado como tal, sí sus componentes, que son la salud animal, la salud pública y el medio ambiente, esta vez tratados dentro de la coyuntura mundial que nos pauta actualmente qué tipo de comercio internacional podemos esperar.  

 

En la primera jornada tuvieron lugar las dos primeras sesiones: «El agro y su aporte a la acción climática. Potenciales y desafíos»; y «¿Cómo enfrentar los desafíos de un potencial proteccionismo ambiental?»

 

En tanto el segundo día fue para «Los productores y las buenas prácticas agrícolas ganaderas. El pago de servicios ecosistémicos: ¿El mercado de carbono es parte de la solución? tendencias, realidades y oportunidades»; y el cierre de las exposiciones llevó como título «Experiencia y visión de los productores frente a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad».

 

El titular de CRA, Carlos Castagnani, rescató que «este tipo de jornadas, donde científicos, técnicos, productores y funcionarios convergen en un mismo sitio, sirven para echar luz, para aclarar, para explicar y poder comunicar el verdadero papel que el campo juega en el ambiente», al tiempo que destacó que «buscamos equilibrar continuamente el incremento de nuestra eficiencia productiva respetando el medio ambiente y aplicando las buenas prácticas agrícola-ganaderas, impulsando el desarrollo sostenible y contribuyendo a lograr la seguridad alimentaria de nuestros países y el resto del mundo».

 

Asimismo, expresó su beneplácito «por poder estar aquí inaugurando oficialmente este Simposio que no es otra cosa que la férrea voluntad de todos los que conformamos el sector agropecuario para debatir con madurez y responsabilidad sobre nuestra tarea. Debemos abordar el mercado de carbono, el de los servicios agro-ecosistémicos, el de los certificados verdes y el de todo instrumento que permita reconocer fiscal, financiera y económicamente el cuidado del medio ambiente que realizan los productores».

 

Por otro lado, se destacó que los sistemas pastoriles deben demostrar su eficiencia ambiental a través de una nueva actitud empresarial que busque no solo maximizar los resultados (eficacia), sino optimizar el uso de los recursos naturales, humanos y económicos (eficiencia). Para ello se necesita otorgar con enfoque de cadena agroalimentaria, modelos productivos sostenibles, alineando los intereses de cada eslabón de dicha cadena, consensuando estrategias comerciales comunes a través de normativas claras y políticas de estado.

 

Asimismo, y sumado a las condiciones anteriores, se necesita el desarrollo de capacidades (en torno a toda la cadena), en canto a innovación y desarrollo, investigación y nuevas tecnologías para el logro de los objetivos ambientales. ¿Pero cuáles son esos objetivos? ¿La cadena agroalimentaria ya se puso de acuerdo para definirlos? Nuestra región, ¿seguirá siendo “tomadora” de decisiones?, “tomadora” de responsabilidades que a veces no nos compete?, “tomadora” de precios?, “tomadora” de exigencias sin justificación científica? O ¿estamos en los tiempos de cambios serios y comprometidos en función de la importancia de nuestros países[1] en cuanto a la seguridad alimentaria[2]?

 

En este Simposio, por ejemplo, se pudieron observar claramente diferencias entre la investigación del ciclo del carbono (en producción ganadera vs combustible fósil) de un país y la del otro, mientras que uno acepta el cálculo tal cual se impone a nivel internacional, el otro país continúa investigando y cuestionándose tales exigencias, reconociendo que hay formas de medir el impacto del ganado en el ciclo del carbono que deberían estudiarse/investigarse más y mejor. Porque es un hecho comprobado por la ciencia que el ciclo del carbono proveniente de ciclos biológicos no es incremental y el carbono de origen fósil sí lo es.[3]

 

Entonces, si bien los centros de investigación y los gobiernos han ido aprendiendo a investigar de forma aplicada orientándose hacia la resolución de problemas reales y específicos, se necesita ahora tomar decisiones de cadena para lograr la sostenibilidad del sistema de producción, en equilibrio con el medio ambiente.

 

A su turno, Fernando Villela indicó que “estamos trascurriendo un momento donde el tema ambiental está presente. Tenemos claridad que muchas de las acciones que se realizan tienen impacto sobre el ambiente y eso hay que corregirlo. Pero también sabemos que el sistema productivo argentino es uno de los más sostenibles en el mundo” y que «de otro lado aparecen demandas que pueden ser caracterizadas como para-arancelarias, pero son reclamos de los consumidores. Y acá se puede intentar tener razón o vender. Tenemos muchos puntos de discusión con ciertos puntos que no están sujetos a ciencia. Pero si nos detenemos en eso no podríamos haber enviado la primera partida libre de deforestación y no podríamos vender nada desde el 1° de enero de 2025», argumentó.

 

Por su parte, Fernando Mattos agradeció la invitación, rescató el esfuerzo de los productores abocados y reconoció que «empezamos a enfrentar un desafío enorme desde el punto de vista de las concepciones generales que rigen el comercio. El hecho de que la Organización Mundial de Comercio esté perdiendo peso relativo en el dictado de las reglas del comercio internacional dándole lugar al protagonismo de los aspectos ambientales nos exponen a un lugar de enorme riesgo. Señaló que “no es que el proteccionismo sea una cosa del hoy, ya llevamos más de 30 años con barreras sanitarias, máximos de residuos, tratados de biodiversidad, todas reglas que van restringiendo nuestra potencialidad productiva. El problema se agrava en el hoy porque quieren imponer normas que no están respaldadas por la ciencia. Así, en el aspecto climático somos tomadores de normas que impone el mundo central», criticó.

 

Es claro que el conocimiento se ha convertido en el recurso clave, desde el punto de vista microeconómico (organizaciones, empresas), como en el macroeconómico (estados, regiones), además es el único recurso que se incrementa con su uso, generando cada vez mayores ventajas competitivas. Se puede afirmar que la única constante es el cambio, por lo que, en este marco, la innovación y creación del conocimiento, debieran sí transformarse en constantes, favoreciendo la cultura del conocimiento compartido.

 

Nuestra Región CAS/CVP tiene muchos desafíos que enfrentar, tanto productivos, sanitarios, de medio ambiente y de salud pública, nucleados en ese concepto llamado UNA SALUD. Se cuenta con la cooperación técnica necesaria de organismos internacionales, se cuenta con el potencial productivo, científico/técnico y político, es cuestión de trabajar unidos habiendo definido objetivos comunes.

 

Ing. Agr. MSc. Gabriella Campón De Dieu

Secretaría Técnica Permanente del CVP